PROPUESTA DE REDUCCIÓN DE LA INFORMALIDAD URBANA

Los emprendedores informales ambulantes, en general, tienen un nivel de capacitación que no es competitivo ni calificado para laborar en el sector formal. No es productivo para una empresa formal, aun cuando haya una buena o mala situación económica en el país. Ello, es una de las principales explicaciones, porque las personas, para subsistir, tienen que realizar un emprendimiento informal.

En consideración a esta afirmación, resulta valido señalar que, para iniciar el proceso de formalización del emprendedor informal ambulante, una salida viable es la de hacerlo productivo, es decir capacitarlo en una actividad económica que tenga algún perfil, habilidad o interés.

La capacitación deberá ser para un trabajo concreto, que estaría a cargo de una dependencia del Gobierno Nacional o Gobiernos Regionales o Gobiernos Locales, quien censará, evaluará y los capacitará en las profesiones de carpintería, albañilería, mecánica, gasfitería, electricidad, gastronomía, manejo de maquinaria pesada, entre otras. Esta capacitación, estaría a cargo de entidades especializadas contratadas por el Gobierno, sin generar nueva carga laboral ni infraestructura.

La capacitación sería gratuita y recibiría una subvención (en tanto ésta dure). Luego al egresar se le daría asistencia y asesoramiento para su recolocación laboral según la especialidad profesional capacitada. Ello significa que dejará de ser emprendedor informal ambulante, pasando a laborar en el Sector Privado, ya sea de manera independiente o a través de una empresa privada.

Con ello las personas capacitadas y recolocadas, tendría un mayor nivel de ingresos, que les posibilitaría cubrir sus necesidades básicas y progresar junto con su familia. La decisión de formalizarse la adoptaría de acuerdo a su conveniencia económica, que está vinculado a su crecimiento económico y la necesidad de tener licencias, autorizaciones y/o obtener créditos para apalancar el citado crecimiento, que es lo que normalmente sucede en muchos casos de empresas exitosas, en nuestro país, que empezaron como emprendimientos informarles.

Los ingresos que perciben las personas como los salarios, utilidades, rentas, alquileres, intereses, se obtienen por su participación en el proceso productivo que, a su vez, dependen de la calidad y cantidad de su aporte (valor agregado) en el respectivo proceso. Quien aporta con mayor calidad y cantidad en el proceso productivo, es el que percibe mayores ingresos.

Un vendedor ambulante de golosina, cuyo aporte a su actividad económica es mínima (servicio de venta de golosinas), recibirá un menor ingreso en relación al maestro chocolatero que trabaja en la fábrica de producción de chocolates.

La Propuesta tiene como sustento técnico las funciones del sistema de precios y en particular la función de la distribución del ingreso entre las personas, en una economía de mercado, que es donde trabajan los emprendedores informales. El sistema de precios es el que incentiva y permite determinar que bienes producir, cual es la manera más competitiva de producirlos y con la contratación de la mano de obra, compra de insumos, materiales, equipos, maquinarias, préstamos, va asignando los ingresos a cada persona que participa en el proceso productivo.

Aplicar este concepto técnico, para ir paulatinamente reduciendo los actuales niveles de informalidad, es una razonable opción que podrían optar las Autoridades Gubernamentales, frente a las tradicionales políticas empleadas de enfoque controlista, tributario, procedimental y coercitivo, que han tenido resultados nada satisfactorios y más bien se podría decir que han fracasado. Finalmente, no debemos olvidar que una importante reducción de la informalidad pasa necesariamente por un crecimiento sostenido y constante de la economía del país, tal como se acredita en el nivel de informalidad del periodo del 2004 al 2016 , que bajo del 70% al 50% de la PEA, cuya correlación fue el crecimiento económico promedio del 6 % anual en dicho período.