
EL MERCADO DE LA LECHE FRESCA EN EL PERÚ
En el sector agrario el Mercado de la Leche Fresca es representativo de lo que ocurre en los emprendimientos rurales de nuestro país. Como sabemos su común denominador son los precios bajos, incluso menores a los costos de producción de leche fresca, siendo informales la mayoría de estos productores y presentan una economía de subsistencia.
Si bien encarar positivamente al emprendedor informal de leche y del sector agropecuario en general, es un reto de largo plazo, no debe dejar de mencionarse que las medidas dictadas por el Estado, se han orientado a financiar importantes extensiones de cultivos de pasto forrajero, inseminación artificial y mejoras del ganado lechero. Ello ha incentivado la oferta sin crear nuevos mercados o ensanchándolo, como también sin promover la demanda de leche fresca. Los resultados de estas medidas no han sido tan satisfactorios; por lo que se plantea como propuesta una estrategia, que podría ser revisada y, sobre todo, considerada como una alternativa debatible para enfrentar este agudo problema, enfocada desde la óptica del mercado.
Estrategia de Ampliación de la Demanda de Leche fresca
La existencia de un mercado de quesos madurados ya formado y en franco crecimiento, estimado en US$ 200 millones al año 2020 y con un crecimiento vegetativo anual no menor del 5% y un mercado potencial estimado de US$ 400 millones anuales, constituye una oportunidad de negocios que puede ser conveniente y progresivamente aprovechado por las plantas artesanales de productos lácteos, esparcidas en el territorio nacional, con el apoyo del Estado que financiaría su repotenciación, con préstamos a mediano plazo reembolsables, tanto para infraestructura como para capital de trabajo.
Este apoyo financiero estaría condicionado a la suscripción de convenios y conformación de redes comerciales, con los productores de leche fresca, que bien podría generar una demanda derivada de leche fresca, permitiendo mejorar los precios e ir rompiendo, paulatinamente, las actuales condiciones estructurales del mercado de leche fresca.
Según las cifras del año 2020, proporcionado por el Ministerio de Desarrollo Agrario (MIDAGRI), el mercado de queso madurado suma 21,051 TM, aportando las importaciones un estimado del 25% de este mercado en términos de volumen y de 33% en términos monetarios. En los últimos 9 años estas importaciones se han duplicado, pasando de 3,781 TM en el año 2012 a 7,636 TM en el año 2020, manteniéndose constante la producción nacional de queso madurado.
El impactante aumento del consumo de queso madurado, obedece a la calidad del producto, su inocuidad y los puntos de venta que son los supermercados, cuyo público objetivo son las familias de nivel económico alto, medio y bajo superior, en contraste con la producción de queso madurado de las plantas artesanales que, en general, presenta problemas de inocuidad y su mayor producción se coloca de manera informal en las plazas, mercados y puntos de venta de las plantas artesanales.
Conviene señalar que las anotadas oportunidades de negocios no están referidas al segmento de la Industria Láctea Mayor, que se caracteriza por ser un oligopsonio, con pocos compradores de leche fresca, y a su vez es un oligopolio, donde una de las empresas participa con el 72% de las ventas de leche en sus variedades de evaporada, condensada, fresca y yogurt. Es de añadirse que estas grandes empresas no tienen participación relevante en el mercado de queso madurado, por lo que no sería competencia directa de las plantas artesanales de producción de queso madurado.
Para aprovechar esta vigente oportunidad del mercado, se cuenta con una oferta de leche del orden de los 2’160 mil litros año, que provienen de la producción de la ganadería lechera, perteneciente a 881,920 unidades agropecuarias (información al año 2012 del MIDAGRI), ubicados en el territorio nacional, de los cuales el 40% es adquirido por la industria lechera artesanal, por lo que esta micro y pequeña industria cuenta con el principal insumo para la producción de queso madurado.
Amparados en el análisis desarrollado, la estrategia a seguir sería la de ensanchar y profundizar el mercado de la leche fresca, con base en el incremento de la demanda del mercado de queso madurado, que ofertarían las plantas artesanales, a las que se les exigiría mínimo certificaciones BPM y posteriormente BPG y Plan HCCP, que les permita mejorar la calidad y sanidad del queso madurado, a efecto de participar de manera competitiva y con menores precios (30% menor al del mercado importado). Esta estrategia posibilitará a los productores lecheros, mejorar la calidad e inocuidad de la leche, por la exigencia de las plantas lecheras y la fijación de precios más altos, que el ofertado por el sistema oligopólico existente, con efectos en los ingresos y nivel de vida de los productores de leche fresca